Florencia es una de las ciudades más bonitas no solo de Italia, sino del mundo. Tiene tanto que ver que siempre puedes descubrir algo nuevo, pero lo que seguro que no pasa desapercibido en tu primera visita a la ciudad es la escultura de bronce de un jabalí situado en la logia del Mercado Nuevo.

Esta curiosa escultura es en realidad una fuente a la que los florentinos denominan Fontana del Porcellino o simplemente Il Porcellino (el lechón o cochinillo) de manera irónica ya que se trata de un jabalí salvaje adulto. Data de 1633 y es obra del maestro barroco Pietro Tacca que lo realizó a partir de una copia romana en mármol de un original del período helenístico.

La versión en bronce puede encontrarse en la logia del Mercado Nuevo, cerca del Ponte Vecchi, mientras que la original de mármol se expone en la Galería Uffizi, en la sección clásica.

Dice la leyenda que todo aquel que visita Florencia debe introducir una moneda en la boca del jabalí para así, atraer la suerte y asegurar una nueva visita a la ciudad. Pero en este caso, el procedimiento no es tan sencillo como en la Fontana di Trevi, no basta con lanzar una moneda.

Hay que introducir una moneda en la boca del jabalí tras haber frotado el hocico del animal, si cae y supera la reja de la pila llegando hasta donde salpica el agua, traerá fortuna.

En la actualidad esta fuente se ha convertido en una de las atracciones turísticas más populares de la ciudad, muchas son las personas que pasan por ella para hacerse una foto y dejan su moneda para atraer la buena suerte. El dinero que se recauda es donado en su totalidad a la Opera della Divina Provvidenza Madonnina del Grappa, una institución católica caritativa.

Pero la popularidad de Il Porcellino no es algo reciente. De esta tradición ya hablaba el novelista viajero Tobias Smollett en 1766 y parte de la fama de esta escultura se debe a Hans Christian Andersen que, tras un viaje a Florencia, inspiró uno de sus cuentos en ella, en concreto la fábula El jabalí de bronce recogida dentro del libro El bazar de un poeta (1842).

En la fábula podemos encontrar una explicación mucho más lógica y menos romántica para el desgaste del hocico del jabalí, en la que no tienen nada que ver la suerte o el deseo de volver a Florencia. En realidad, como explica el cuento, tiene que ver con la fuente en si y el agua limpia y fresca que fluye de la boca del jabalí. En la época eran muchos los chiquillos y pobres que se cogían al morro del animal para beber, desgastando el hocico y dándole el aspecto que luce en la actualidad.

Pero que podamos encontrar una explicación lógica, no quita para que se creara la leyenda entorno a esta fuente y que se haya mantenido hasta la actualidad, ya que al fin y al cabo el cuento es de 1842 y muchas veces necesitamos creer en la parte mágica de las cosas.

En tu próximo viaje a Florencia no olvides marcar esta parada en tu itinerario y colocar una moneda en la boca del jabalí para asegurarte la buena suerte y una nueva visita a la ciudad.  Pero hasta que puedas volver a viajar a Italia, para que no te quedes con las ganas de probar los mejores platos de pasta y pizza te recomendamos que visites nuestra tienda online y descubras los auténticos productos italianos sin salir de casa.

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