La historia de Spezzacchio y el fin de la Navidad

Cada año el encendido de las luces en las ciudades marca el inicio de la Navidad y la llegada de la Befana, el final de esta. Quizás el momento más triste de las vacaciones; se acaban las celebraciones, toca quitar toda la decoración y hay que volver a la normalidad.

Los abetos de Navidad siempre son los que peor suerte corren, si son naturales terminan en centros de reciclaje porque sus dueños no disponen del espacio suficiente para que crezca tranquilo, si se trata de uno falso termina en una caja en el trastero.

Pero sin duda la historia más triste la vivió el árbol que adorna la Plaza Venecia frente al monumento a Vittorio Emanuele. Un año más se adornó este abeto para celebrar la Navidad, pero algo llamó la atención de los romanos. Su aspecto no era muy lozano, le faltaban ramas y tenía un aspecto algo triste.

Los comentarios no se hicieron esperar, “¿Hay algo más triste que un árbol sin hojas?” se preguntaban los ciudadanos. Se buscaron excusas como que era por las fuertes ráfagas de viento, pero el abeto cada vez tenía peor aspecto y los romanos terminaron por denominarlo Spezzacchio – algo así como despellejado en español -. Las redes no tardaron en llenarse de imágenes del árbol y de comentarios graciosos, hasta el punto que se creó un perfil en Twitter para comentar el estado del abeto de Navidad día a día.

Finalmente, la culpa no era de los fuertes vientos, si no del estado de salud del árbol, estaba enfermo y una vez terminada la Navidad hubo que retirarlo. Los romanos terminaron por lamentar este acontecimiento ya que Spezzacchio había dejado de ser algo por lo que criticar al Gobierno y era casi un símbolo de las navidades romanas, hasta spezzachio se había convertido en un apelativo cariñoso.

El momento de plantar el nuevo abeto un año más tarde, tampoco estuvo exento de polémica al árbol le faltaban ramas y tenía una forma curiosa. Lo que volvió a ocasionar comentario, bromas y risas al respecto. Se trataba de una medida tomada para poder transpórtalo con mayor facilidad, al final el árbol volvió a su forma natural y lució perfecto para la Navidad.

El 6 de enero se volvieron a apagar las luces de Spezzacchio dando por finalizada la Navidad. Ahora toca esperar a diciembre para ver que sorpresa nos deja el árbol de la plaza Venecia.

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