Hoy viajamos hasta el Véneto, en el norte de Italia, para conocer la historia del Carnaval de Venecia. Se trata de uno de los carnavales más famosos del mundo. Inspirado en la vestimenta del siglo XVII, destaca por el color y lo exagerado-excéntrico, haciendo que sea algo único.

El origen de este carnaval lo encontramos en el siglo XI, aunque se desconoce los motivos exactos por los que se empezó a celebrar. Algunas teorías afirman que comenzó por una victoria de la República de Venecia contra el Patriarca de Aquileia, Ulrico di Treven, momento tras el cual la gente se reunió en la Piazza San Marco para celebrar. Otras que está relacionado con la jornada de descanso de la que disfrutaba la clase baja de la sociedad. Y en ocasiones, se apunta al gusto de la nobleza por mezclarse con el pueblo ocultándose tras una máscara.

Independientemente de su origen, la festividad terminó convirtiéndose en varios días de fiesta en la que los ciudadanos se vestían para la ocasión y se celebraban fiestas de lujo en los salones para la gente más exclusiva de la ciudad.

Las máscaras blancas con las que cubrían su rostro los asistentes al carnaval, pasaron a adquirir una gran importancia. Las maschera nobile y maschera del galeone, son caretas blancas con ropaje de seda negra o de oscuros colores y sombrero de tres puntas, creadas muchas de ellas por los llamados i machereri, es decir pintores a los que se les consideraban artesanos cuando realizaban estos trabajos. Los trajes hechos a mano de los mejores materiales, derrochando arte y lujo, también eran clave durante esos días.

Durante los primeros años, el Carnaval de Venecia ya presumía de una gran fama atrayendo a aristócratas europeos, que se trasladaban hasta la ciudad italiana buscando diversión.

Esta festividad se sumó a la importancia de la que gozaba Venecia tanto económica como políticamente. Su buena situación geográfica y sus rutas marítimas con el lejano Oriente, destacando la Ruta de la Seda, convirtieron a Venecia en una ciudad muy poderosa en toda Europa. Pero las innumerables guerras internas y conflictos armados, hicieron que Europa bajara a la ciudad italiana del pedestal en el que estaba situada.

Incluso, en 1797, Napoleón Bonaparte, llegó a prohibir el carnaval por miedo a que conspiraran contra él, teniendo en cuenta el descontrol de personas que había en esos días, y que el uso de máscaras impedía reconocer a los enemigos.

La vuelta del carnaval a Venecia

Los carnavales se fueron restableciendo de manera gradual en 1896 y pasaron a ser fiesta oficial en 1979.

Gracias a esta festividad, Venecia volvió a gozar de un gran prestigio reconocido en todo el mundo. El Carnaval de Venecia volvió a acoger a gente de distintos lugares y fue evolucionando hasta lo que conocemos hoy en día, pero no solo en las celebraciones sino en el diseño de las máscaras. En la actualidad podemos encontrar desde la máscara clásica llamada ‘bauta’ – blanca pintada en oro y plata-, hasta otras con formas excéntricas de animales, o las inspiradas en la commedia dell’arte – de carácter profano, donde estaban el drama amoroso y cómico, representativo en la comedia italiana de la época-, adornadas con multitud de brillos, pluma o bordados barrocos.

Este año no podremos disfrutar ni de la belleza de Venecia ni de lo espectacular de su carnaval, pero nos guardamos la emoción de estos días para el año que viene, descubrir esta festividad única.

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