La leyenda de Santa Lucía

En Italia, aunque en Navidad hay tradiciones que son comunes para todo el país, hay  zonas que celebran festividades distintas, como es el caso del norte de Italia, en regiones como el Veneto o Lombardia que festejan el día de Santa Lucía.  También podrás disfrutar de este en lugares como Sicilia, donde también existe esta tradición.

Además, este periodo de festividades está también protagonizado por San Nicolás, muy presente en el culto navideño en la ciudad de la bota. Mientras que San Nicolás cae la noche del 5 de diciembre, Santa Lucía se celebra el 13 de diciembre, día en el que murió.

Cuenta la historia que Santa Lucía era una Santa sin ojos que venía del cielo con un carro tirado por un burro, lleno de regalos para los niños. Durante la víspera del día 13 de diciembre, en las calles de Italia suenan las campanas para que los niños se vayan a dormir. Si no lo hacen Santa Lucía les rociará ceniza en los ojos dejándolos ciegos.

El origen real se encuentra a mediados del siglo XIII d.C, durante una pandemia que afectaba a la vista de los más pequeños. Desesperados los padres de los niños afectados hicieron una procesión en honor a Santa Lucía. Los vecinos conmovidos por este gesto y ante las bajas temperaturas propias de mediados de diciembre les ofrecían “regalos” desde las ventanas. Tras este acontecimiento, en algunas regiones de Italia la mañana del 13 de diciembre se comenzó a ir a misa para bendecir los ojos de los niños.

Volviendo a la tradición, semanas antes de este día, los niños escriben sus cartas con una lista de regalos y prometiendo a Santa Lucía que serán buenos todo el año. La víspera del día 13 los niños dejan alimentos en las ventanas como naranjas, harina de maíz, galletas, café o vino tinto entre otros. Por la mañana se encuentran el plato con caramelos o monedas de chocolate y tienen que buscar el regalo de su lista que Santa Lucía ha dejado escondido por la casa.

Dependiendo de la zona algunas de las tradiciones cambian, como en Vicenza, donde se colocan zapatos en la ventana, junto a pan y leche; o en Sicilia, sobre todo en Palermo, donde se dejan pasta, pan y derivados. En Bérgamo, por su parte, se escribe la carta de los regalos y se deposita en la iglesia de Santa Lucía.

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En Just Italia respetamos en todo momento las medidas impuestas por el Ministerio de Sanidad.

 

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