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El tiramisú es uno de los postres más famosos de Italia, si no el que más, pero a pesar de esta popularidad, sus orígenes no están claros. Hay varias leyendas entorno al momento en el que este dulce pasó a ocupar un puesto señalado en la gastronomía del país de la bota.
Ya te desvelamos la receta del auténtico tiramisú italiano, ahora nos adentramos en sus orígenes.
La leyenda entorno a la receta original del tiramisú más antigua se remonta hasta la Siena de finales del siglo XVII. Según esta leyenda este postre se inventó como ofrenda a Cosme III de Médici, Gran Duque de Toscana.
Los pasteleros de la ciudad quisieron reflejar en un dulce las virtudes del aristócrata, para lo cual emplearon el café, recién llegado a Europa, como representante de su fuerza, el cacao como símbolo de su virilidad y el queso mascarpone como el de su humildad. El resultado de la unión de estos ingredientes recibiría el nombre de Sopa del Duque.
Pero una serie de detalles hace que esta historia no sea muy veraz. Por un lado las particularidades que tenían en aquella época los productos empleados y por otro lado lo complejo de encontrar un producto tan tempranamente perecedero como el mascarpone, en una zona en la que no era habitual su elaboración.
La segunda leyenda sitúa la primera receta en el siglo XIX. Se atribuye su creación a una pastelería de la ciudad de Turín y la motivación a otro tributo, esta vez rendido al conde de Cavour, conocido como Camillo Benso.
Este noble, político y estadista italiano fue el responsable de conseguir la unificación de los diversos estados que dividían el país. La repostería turinesa creó este dulce para ayudarle a llevar a cabo su misión.
Aunque la historia puede parecer muy emocionante, la verdad es que esta teoría también se descarta por los mismos motivos que la anterior. Preparar el tiramisú con los medios disponibles en ese momento no era seguro para la salud.
Hay una tercera teoría que sitúa el origen del tiramisú hace cincuenta años en el norte de Italia, en la región del Véneto que tiene por capital Venecia, en concreto en un burdel.
Contaba el responsable del restaurante Toulá, que en la década de los cincuenta los prostíbulos de la ciudad de Treviso, empezaron a ofrecer a sus clientes de manos de la madame un plato con reconstituyente y afrodisíaco. El dulce era presentado ante los parroquianos prometiéndoles que los «llevaría arriba», que en dialecto véneto se expresaba con «te tira su». De ahí derivaría a «ti tira su» y, al popularizarse, terminaría llamándose tiramisú.
A pesar de todas estas leyendas, quizás fuera Giuseppe Maffioli quien diera en el clavo. El gastrónomo señalaba al chef pastelero Roberto «Loli» Linguanotto, como el autor del tiramisú a finales de los 60.
Su experiencia en Alemania elaborando pasteles a partir de vino, quiso recrearlo elaborando un dulce con productos de la zona; el resultado fue el famoso tiramisú.
Aunque muchos otros cocineros han querido apropiarse de la creación de esta receta. Las historias varían, pero todas tienen un elemento común: el lugar de origen del tiramisú, Treviso.
Como Carminantonio Iannaccone que cuenta como quiso hacer un guiño, a los sabores cotidianos de la región. De la combinación del clásico café, los huevos, un poco de mascarpone, marsala y savoiardi – los bizcochos de soletilla – nació el tiramisú.
Quizás nunca se conozca el origen de esta receta, pero lo que sí es seguro es que tenemos mucho que agradecer a quien tuviera la idea de unir esos productos para crear esta receta que ha enamorado a todo el mundo.
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